Nunca pude explicar por qué, sin importar lo contenta que esté, el frío que deja tras sí la lluvia parece arrancarme las sonrisas. No permitas que te extrañe.
Cada vez que deambulo en mis memorias, encuentro pedazos de deseo. Yo creo que tienes la culpa, pues mientras más me quejo de ello, más trozos aparecen -que ess lo que pretendía.
Si me dejas a diario, lo único que logras es que quiera encadenarte. Con un collar de promesas envueltas para llevar. Y siento que te merezco, por encima de las dudas.
Entonces... ¿te quedas otro ratito para que pueda contarte lo que no dije hace tiempo? Te juro que no me excedo. Sólo cinco minutitos.
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