15 de mayo de 2009

Peréntesis

"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante."
-Oscar Wilde

Después de caminar unos kilómetros, no cuesta nada sentarse a esperar la hora de los deberes. Los pasos de aquellos fantasmas que comparten su mundo, dejan tras sí huellas de incongruente significado, con olor a vidas tóxicas. Envidia el vuelo de las aves citadinas, el ruido del viento en los árboles y hace caso omiso a los cláxones furibundos, como las niñas que saltan las rayas en el suelo, cual obstáculos en la pista. Cualquiera que se quedara a mirar, sólo vería un cuerpo cansado y una mirada vacía, aburrida de ver cómo pasa el tiempo, asqueada de ser etiquetada por los juicios. Las aves dejan de escucharse, las risas infantiles se alejan, muy pronto la tristeza ofusca la frialdad innata. Las añoranzas propias amenazan con romper rótulas. Como siempre, como cada vez que se permite estar a solas. Gotas cristalinas brotan de los ojos. Enamorarse de la nostalgia parece muy tentador. Es fácil volverse una experta en el arte de callar los gritos (los dedos tiemblan apenas como único signo de vida).

Unas campanas absurdas sonaron diez veces. Ha decidido que aún es temprano y sigue contemplando por horas la plaza, con ojos de quien se marcha.

8 de mayo de 2009

¿Soy?

Aquí y ahora, la única persona que puedo ver está en el espejo. No sé si quiero conformarme con alguien que no conozco. Sólo sé que los después no existen, que la vida es un incansable reloj contratiempo, y es que hay más arrepentimiento que planes para el futuro. ¿O alguna persona se define por lo que puede ser, en vez de por lo que ha sido?

La conciencia se derrama sobre las memorias... chorrean una a una las gotas viscosas sobre las notas. Mientras, van desapareciendo paulatinamente las vías de escape. Colapsan las puertas, se rasgan las bolsas de papel para las cabezas, entra la luz insolente en las esquinas oscuras. Las letras rojas que brillan al fondo resultaron ser postizas, tal como las caricias de consuelo que recibo frente a ellas.

Es aquí y ahora cuando pienso que no era tan buena idea llevar como traje una inofensiva pasividad, pretendo ser, eso es todo (un perfecto ejemplar de ser vivo).

2 de mayo de 2009

Melancolía II

Abren los ojos al mismo tiempo, en sublime sincronía. Tal vez uno de ellos no estaba verdaderamente dormido, tal vez ninguno. Pero no abrieron los ojos sino hasta el momento justo. Con sus miradas en dirección a la mirada contigua. Sin palabras. Así despiertan cada mañana de cada día... él junto a ella.

Toda la realidad se reduce a ese pedacito de perfección que se cierne sobre el dormitorio, cubriendo sus meditaciones compartidas con un vaho de confort. Ella está pensando en lo maravilloso que es verlo revivir por las mañanas. Es tan absurdo el placer que eso le produce, como el amor que lo ha mantenido atado a su lecho. Él piensa en lo aburrido que ha de ser para ella dejarse admirar pasivamente, mientras disfruta el juego de la luz en sus mejillas, en la piel de su cuello delicioso. Y saben que no saben nada el uno del otro, excepto que todos los detalles de sus vidas son efímeros.

Las horas que danzan separándolos, se escurren como agua entre los dedos. La verdad que ella busca sobre la vida, se encuentra atrapada en el pecho de su amante. Sólo tiene que detenerlo unos segundos y dejar caer su cabeza sobre él. La búsqueda de soluciones que él persigue fue causada por las interrogantes que ella va largando. Y saben que no saben nada el uno del otro, excepto que sus motivos no convergen.

La primera vez que él despierta sin su imagen, esperandolo en el mágico instante, se da cuenta de que la razón para quedarse, era más grande que todas las que lo empujaron a dejarla. En su futuro sólo cabe la tristeza. Y sólo le queda pensar para sí mismo, con un nudo en la garganta que amenaza con ahogarle... Dichoso el que aprende a vivir en un mundo sin respuestas.

1 de mayo de 2009

A solas conmigo

(Si ríes, el mundo ríe contigo. Pero si lloras, lo haces solo)

...y resulta algo frustrante, pensar que no produces sino tus propias cagadas. Ante ustedes como público, he sido mi propia psicóloga, desde siempre. La única diferencia ahora es que quiero hacero a escondidas. Un reflejo borroso de mi cara deja ver que, ciertamente, hubo muchos tipos de soledad en mí. La que más he odiado es la que creé a propósito, por miedo. Cobardía. Me he conformado con hablar hacia mi conciencia, sólo porque creo en no ser ella. Y lo sé. Soy mi mente. Somos nuestra mente. Es simlemente que da terror afrontarME sola.

Podría concluir diciendo que me he encontrado a mí misma. Pero entonces me decpciono, pues es la misma ilusión que me ha cobijado por años.