16 de enero de 2010

El rompecabezas estaba incompleto:

faltaba un poco de cabellera, un dedo de la mano derecha y una pequeña porcion de los  órganos genitales. Estaba triste. Tenía la certeza de que debía soñar y completarlo con premoniciones, no habría otra forma. Cerró los ojos y sintió  una muy extraña necesidad de ser ingrávida. De perder la memoria. De vaciar su cuerpo de todo. Quizo ser ella, sin posibilidades de retirada. Poder existir sin estar obligada a hacerlo. Quizo desnudarse, quitarse hasta la piel. Lo que buscaba nadie lo había encontrado todavía. Trataba de construir su vida.  Y lloró. Toda una noche de febrero. Pero nunca logró terminar el rompecabezas.

15 de enero de 2010

Árbol

Escribo cien veces la misma frase:
soy otra
Pero el párrafo se resiste a crecer
Las raícen inmersas en agria humedad
me hunden.
Debo convencerme de que la mente es física
para escapar del submundo
y volver a alguna noósfera primitiva
Allí aguarda él
indemne
con un abrazo infinito
(mis pies mojados por la lluvia)


Y yo le amo.

12 de enero de 2010

Melancolía IV

Sobrevivo con migajas de remembrazas
Muchas sonrisas torcidas
para desayunar
y unas ganas inmensas de sentir besos y manzanas
rodar en mi espalda

Me pregunto si será la tarde
que me empuja a dibujar
pies que abolieron toda huella existente
Si acaso me volviera roca
sal
o nada
te quitaría las tristezas

Por qué debo vivir así
pudiendo ser noche
agua
árbol
viento que borra lágrimas y no este pensamiento socavado.