31 de julio de 2008

De vuelta a casa

Huele a gato, mientras reflexiono sobre mi llanto. Huele a gato... ese es la única prueba empírica de que he vuelto una casa vacía. A mi casa. Es tan simple, tan banal. Después de haber aprendido que que cada detalle significa universos... después de todo.

Sé que en algún momento de mi futuro sonreiré porque mi paz olía a gato... es paz. Agotamiento. Debería ser muerte y sin embargo, sonrío. Estoy aquí, realmente despierta, sola otra vez, pero eso es una vieja historia. Lo siento, debe ser que sí me importa estar sola, debe ser que hace mucho tiemo dejé de narrar los capítulos de mi vida para remplazarlos con el fantasma de mis deseos... debe ser eso. Y ya olvidé como era. Bueno, no importa. Ven, gatito, hazme compañía un rato.